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Se pregunta John Converse Towsend, en un artículo de la edición americana del Huffington Post, si estamos empezando a decir adiós al algodón y dando la bienvenida al cáñamo.
Comenta que cada año se producen alrededor de 20 millones de toneladas de algodón, siendo el cultivo no alimentario más rentable, pero a la vez un gran consumidor de recursos por su cultivo intensivo.
Para producir un kilogramo de algodón se utilizan 20.000 litros de agua, John apunta que la media de consumo por americano es de 214 litros anuales, lo que implicaría que un estadounidense debería vivir 90 años para llegar a consumir tanta agua como una sola de sus camisetas o pantalones vaqueros. Además, se estima que un 35% de los insecticidas y pesticidas utilizados en el mundo se aplican a los cultivos de algodón, que ocupan menos del 3% de la superficie cultivada del planeta.
Esta dependencia del algodón ha dado lugar a un problema de monocultivo en la India, el segundo mayor productor del mundo, tras China, y uno de los mayores contaminadores de la industria textil.
El cáñamo no sólo es una fibra natural apta para el textil, también es resistente a los rayos UV, antimicrobiana, y requiere menos agua y pesticidas que la planta de algodón. «Es tan alto su valor y tan bajo su impacto en todo lo demás que eclipsa el carbono generado a durante el envío», aseguró a Los Angeles Times en 2010 Isaac Nichelson, fundador de la marca de ropa sostenible Recover (recovertex.com).
Como el cáñamo crece de forma silvestre en la India, John, se pregunta que posibilidades tendría su cultivo si se empleasen las mismas energías que en el cultivo de algodón.
Según el emprendedor social Sanvar Oberoi: “el cáñamo es la fibra natural, cosechada en la India, más infrautilizada”, “Lo zona del mundo donde crece la mayor cantidad cáñamo salvaje es el Cinturón del Himalaya – Tíbet, parte de China y parte del norte de la India – sin embargo nuestra economía tiene, menos del 0,1 por ciento de la cuota de mercado mundial, literalmente no hay industria”.
Para Sanvar Oberoi, la visión del cáñamo como sustituto del algodón y el poliester, le llevó a fundar la Compañía de cáñamo de Bombay (BOHECO), con la idea de producir un cambio que llegase a salvar algunas vidas. El cultivo intensivo de algodón, dejando de lado variedades locales de semillas en favor de nuevas variedades que demandan más agua y nutrientes, ha aumentado el uso de fertilizantes “químicos”, a la vez que ha hecho subir los precios de los materiales de cultivo, provocando que más de 270,000 agricultores se hayan suicidado desde 1995 tras caer en deudas que no podían manejar.
Dado el coste humano que aparentemente supone el cultivo masivo de algodón parece razonable que se empiece a mirar para otras fibras naturales como el cáñamo. Varias marcas empiezan a incorporar fibra de cáñamo a sus colecciones, como: Stella McCartney o Levi’s. Sin embargo, la falta de suministro de cáñamo supone un cuello de botella clave para el impulso de la industria textil, como apunta Oberoi. A pesar de ser una planta nativa de la India el gobierno del país ha prohibido la producción de cáñamo industrial desde la década de 1980.
En un movimiento sorpresa el gobierno Indio le ha concedido a BOHECO, como medida para impulsar la industria de las fibras naturales en el país, el permiso excepcional para cultivar, producir e investigar nuevas variantes de semillas que permitan la producción de cáñamo a gran escala. BOHECO también está ayudando a elaborar el marco legislativo que permita que otros miembros del subcontinente se unan a la presión a favor de una industria textil más sostenible.
Para BOHECO que la industria sea sostenible no solo se apoya en el menor impacto ambiental, sino también en la reducción de la pobreza. El equipo de Oberoi esta preparando a las mujeres de aldeas a lo largo de la cordillera del Himalaya para producir tela de cáñamo, para la industria textil, en sus propias granjas y no tener que cargar con el producto desde la frontera con Indo-China.
Hasta el momento BOHECO, y su red de productores del Himalaya, han creado un zapato por el que ha mostrado interés el gigante de internet Amazon, así como camisetas tan cómodas como cualquiera hecha con algodón. Están surgiendo nuevas tecnologías que permiten suavizar las fibras y colocar el cáñamo como competencia directa del algodón.
“El mayor cambio que queremos ver, aparte de aumentar el ingreso per cápita, es cambiar el status quo de los agricultores y artesanos rurales de la India, muy a menudo mujeres”, dijo Oberoi.

mimaría hempworks nace alineada con estas ideas, queremos ser una marca que apueste por una economía de triple balance, es decir, buscamos la sostenibilidad social, económica y medioambiental, por ello a parte de intentar la producción local, estamos trabajando en el desarrollo de prendas que tomen como base el cáñamo, un producto muy usado históricamente en España, pero que ha sido olvidado durante décadas.
Hemos empezado con nuestra genuina Sudadera Hempworks Original, pero otras vienen en camino.
Además también estamos sustituyendo el algodón americano de nuestras camisetas por algodón con la certificación de “orgánico”, más sostenible, aunque en el futuro también introduciremos en estos productos fibra de cáñamo.

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